Jesucristo transforma… Nos llama a una vida santa, y esto implica separación de las filosofías mundanas, de sus placeres engañosos, de la corrupción del mundo para marcar una diferencia con integridad y transparencia. La sangre de Jesucristo
pago nuestra redención, por su muerte y resurrección podemos arrepentirnos y recibir perdón de pecados y vida eterna. Esa decisión nos liberta de las tinieblas y nos conduce a moradas eternas.